Concierto del Mediodía: Ensamble Trashumancia | Evento Presencial |

TRASHUMANCIA

Cambiar de lugar…

Por: Martha Liliana Polanía

El universo, desde sus inicios hace millones de años, ha estado en constante movimiento.

Las estrellas en el firmamento, cada noche en una interminable danza, se pasean coquetas, dibujan figuras; los catalejos de los marineros las buscan en un juego de escondidas, las persiguen…

Semillas de plantas vuelan por el aire para nacer y crecer en latitudes lejanas.

Los animales, de tierra, aire y agua, migran según las estaciones en busca de alimento, para aparearse o dar a luz a sus crías.

Aquellos antepasados nuestros, cubiertos de pelos, migraron por el mundo entero con el calor de la tierra recién hecha; en las plantas de sus pies hervía la vida; en este primer éxodo la poblaron, crearon razas, se mezclaron lenguas, culturas diversas se llenaron de color, pasión, historia; y así́ la humanidad comenzó́ su viaje.

Migrantes del tiempo y de la existencia. El universo nómada se niega a ser anclado, se balancea en permanente movimiento, busca nueva savia, aventura, canta al sol, al amor, al corazón roto.

Jacinto nos cuenta su historia de TRASHUMANCIA, que a la vez es su historia de vida y amor como un vaquero que arrea ganado. Lleva a cuesta su joven vida y, en ella, el mundo entero por descubrir.

Jacinto es quizá uno de los últimos jóvenes vaqueros que emprenderá este viaje; la tradición de trasladar el ganado de unas tierras a otras, de entonar durante el trayecto cantos de vaquería, de arrullar y tranquilizar a la vacada en las noches con los cantos de vela para evitar los espantos, de parar en las posadas del camino, de improvisar coplas; tristemente se está perdiendo. Para las nuevas generaciones no es atractivo dedicar su vida a esta invaluable labor. Para los padres y abuelos de estos jóvenes es un futuro triste y gris el que le espera a esta tradición, al perderse se llevaría con ella todos los cantos que durante décadas se han tejido con el viento, la lluvia y el sol.

Así como Jacinto emprende este viaje, todos somos trashumantes eternos y permanentes; nos movemos fuera y muy adentro de nuestras almas, siempre buscando, sintiendo, explorando formas de vivir más felices, más cómodos con nosotros mismos.

Esta obra está dedicada a todas aquellas personas que se niegan a dejar desaparecer las tradiciones, son ellas las que nos dan las raíces más profundas y necesarias para volar como humanidad tan lejos y tan alto como soñemos.

Notas al programa

Por: Rodolfo Badel

Trashumancia es una obra escrita para la cantante soprano lírica y popular Sara Badel y ensamble de cámara (clarinete en Bb, piano y contrabajo), estructurada en seis movimientos con una duración aproximada de 30 minutos.

Musicalmente se inspira, por una parte, en los cantos de trabajo de los Llanos Orientales y el Caribe colombiano, como los de vaquería y zafra (cantos para preparar y cultivar la tierra), y por la otra, en la trashumancia contada a través de la historia del vaquero Jacinto escrita por la poeta y escritora colombiana Martha Liliana Polanía Perdomo.

La obra divide sus movimientos en dos elementos fundamentales para su construcción, esto es, los llamados a las danzas y las danzas.

Los llamados a las danzas (movimientos I, III y V), de exploración contemporánea, que haciendo uso de recursos vocales líricos, anticipan, invitan e introducen a las danzas (movimientos II, IV y VI), de aires tradicionales, que con recursos vocales de la música popular, desarrollan las vivencias del vaquero Jacinto en su primera experiencia de trashumancia.